sábado, 8 de septiembre de 2012

Por qué meditamos




Meditamos para encontrar, para recuperar, para retornar a algo que alguna vez vaga inconscientemente poseimos, pero que hemos perdido y no sabemos ya ni que era ni cuando o donde lo perdimos.
Podemos definirlo como un nivel superior de nuestro potencial humano, o como el hecho de estar más unidos a nosotros mismos y a la realidad. También podriamos decir que es el incremento de nuestra capacidad de amor, animo y entusiasmo, o el conocimiento de que somos una parte del universo y que nunca podemos estar separados de él y actuar de la manera más efectiva.
Todos supone un esfuerzo.
No hay ningún camino de rosas, ninguna ruta fácil para llegar a la meta que buscamos.
La meditación supone un trabajo duro, a menudo frustrante y sin embargo profundamente satisfactorio, además de ser la más antigua y la más nueva de las grandes aventuras que el ser humano puede emprender.
La mente humana es un caballo sin domar que irá a cualquier lugar excepto allí donde queremos que vaya.
Cuando nos esforzamos nos sentimos más agusto con el mundo, más satisfechos con nosotros mismos. Más unidos a los demás y también menos ansiosos y agresivos.
El crecimiento y el desarrollo personal es un asunto de gran importancia y que vale la pena trabajar en ellos, y si se quiere lo mejor para uno mismo habrá que esforzarse pues no vendrá por si solo, sin esfuerzo sostenido.
El resultado de la meditación es un logro y una actitud para aspectos dolorosos y negativos de la vida cotidiana y para vivir con la serenidad, la paz interior, la alegría y la capacidad para amar que son características de la vida.
El ser humano es como una rana que en su juventud vive como un renacuajo en un solo medio, pero más tarde cuando la cola de la ignorancia se desprende necesita en su estado adulto tanto la tierra como el agua para la perfecta realización de sus capacidades potenciales.
La serenidad, la buena relación con tus semejantes, el entusiasmo, la paz y la alegría llenan tu vida.
Lo opuesto a la “injusticia” no es “justicia” si no amor.